20/04/2024
La historia de la España del siglo XX no puede entenderse sin abordar el papel de la Sección Femenina, la rama dedicada a las mujeres dentro de la estructura de la Falange y, posteriormente, del partido único del régimen franquista. Este organismo, liderado de forma ininterrumpida por Pilar Primo de Rivera, se convirtió en una pieza fundamental para la reconfiguración de la sociedad española bajo los dictados de la dictadura, definiendo y promoviendo un modelo de mujer basado en principios muy concretos.

Desde sus modestos inicios en la Segunda República hasta su consolidación como una institución con un poder casi monopolístico durante el franquismo, la Sección Femenina ejerció una influencia considerable en la vida de miles de mujeres españolas. Su trayectoria, marcada por un férreo ideario católico y nacionalista, reflejó los valores que el régimen quería imponer, utilizando figuras históricas como Isabel la Católica y santa Teresa de Jesús como arquetipos de conducta. Analizar su recorrido es adentrarse en una parte crucial de la historia social y política de España.
Orígenes y Fundación: Nace la Sección Femenina
La Sección Femenina (SF) fue oficialmente constituida en Madrid el 12 de julio de 1934. Nació como la rama femenina del partido Falange Española de las JONS, fundado un año antes por José Antonio Primo de Rivera. Fue precisamente José Antonio quien confió la dirección de esta nueva sección a su hermana, Pilar Primo de Rivera, quien la dirigiría hasta su liquidación décadas después. Inicialmente, la organización contaba con un número reducido de miembros, apenas siete al principio, pero Pilar Primo de Rivera se dedicó con empeño a su organización y crecimiento.
Durante los años de la Segunda República, las actividades de las militantes de la Sección Femenina se centraron principalmente en el apoyo logístico y humano a los miembros masculinos del partido. Esto incluía visitas a los falangistas que se encontraban en prisión, así como a sus familias, ofreciendo soporte moral y material. También desempeñaron un importante papel como enlaces, transportando mensajes y consignas entre los presos y el exterior. A pesar de ser una organización relativamente joven, para julio de 1936, justo antes del estallido de la Guerra Civil, la SF ya contaba con unas 2500 militantes extendidas por el territorio nacional.
La Sección Femenina durante la Guerra Civil: Expansión y Consolidación
El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 transformó radicalmente el papel y la magnitud de la Sección Femenina. Sus actividades se multiplicaron y diversificaron enormemente. En la retaguardia republicana, continuaron con sus tareas de apoyo a los presos y sus familias. Sin embargo, en la zona controlada por el bando sublevado, la SF adquirió un protagonismo creciente en la organización de la asistencia básica a la población en las áreas conquistadas. Impulsaron espontáneamente servicios esenciales como los ranchos de comida para niños, la distribución de ropa, la atención sanitaria rudimentaria y el reparto de las incipientes cartillas de racionamiento. Esta labor asistencial las puso en competencia con otra organización surgida en la zona sublevada, el Auxilio de Invierno, creado por Mercedes Sanz Bachiller.
El crecimiento de la Sección Femenina durante la contienda fue vertiginoso. Si pocos meses después del inicio de la guerra contaban con alrededor de 60.000 militantes, en abril de 1938 la cifra se disparó hasta las 400.000. Su máximo histórico de afiliación se alcanzó en abril de 1939, coincidiendo con el final de la guerra, llegando a alcanzar cerca de 900.000 miembros. Este crecimiento exponencial les otorgó un inmenso poder e influencia dentro del bando sublevado.
Un hito importante fue la celebración de su primer Consejo Nacional en enero de 1937. Sin embargo, la confirmación institucional definitiva llegó con el Decreto de Unificación en abril de 1937, que fusionó Falange Española de las JONS y la Comunión Tradicionalista Carlista en un partido único, FET y de las JONS. Este decreto supuso la disolución de todas las demás fuerzas políticas en la zona sublevada, convirtiendo a la Sección Femenina en la única rama política femenina permitida. Esto le confirió un poder casi monopolístico en el encuadramiento de las mujeres.
A pesar de la unificación, la SF no estuvo exenta de tensiones internas. Coexistían tres corrientes: falangistas, jonsistas y carlistas, estas últimas, las antiguas "margaritas", mostraron una mayor resistencia a la integración. Los conflictos surgieron, por ejemplo, en el control de servicios como el de "Frentes y Hospitales", que quedó mayoritariamente en manos de las antiguas carlistas, excluyendo a otras militantes falangistas.
Durante la guerra, la Sección Femenina también estableció vínculos con regímenes totalitarios europeos. Realizaron varios viajes a la Alemania nazi y uno a la Italia fascista, y recibieron visitas de organizaciones femeninas nazis. Figuras como Clara Stauffer, simpatizante nazi, llegaron a dirigir la oficina de Prensa y Propaganda de la SF, reflejando la cercanía ideológica con estos regímenes.
El Papel de la Sección Femenina en el Régimen Franquista
Tras la victoria en la Guerra Civil, la Sección Femenina se consolidó como una de las instituciones clave del nuevo régimen. A finales de 1939, su estructura orgánica fue reorganizada, dividiéndose en varias secciones principales que se extendían a otros organismos del partido único, como la Hermandad de la Ciudad y el Campo, el Servicio Exterior, la sección femenina del Sindicato Español Universitario (SEU) y la rama femenina del Frente de Juventudes. La absorción del Auxilio Social, heredero del Auxilio de Invierno, les otorgó un control significativo sobre la asistencia social.
El régimen franquista encomendó a la Sección Femenina el control exclusivo de la formación femenina. El objetivo principal era moldear a las jóvenes españolas para que fueran "buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas". La ideología de la SF promovía un papel secundario y de sumisión de la mujer respecto al hombre, tal como explícitamente manifestó Pilar Primo de Rivera en 1941: «Las Secciones Femeninas respecto a sus jefes tienen que tener una actitud de obediencia y subordinación absoluta. Como es siempre el papel de la mujer en la vida, de sumisión al hombre».
Un instrumento fundamental para esta formación fue el Servicio Social de la Mujer. Instaurado por decreto en diciembre de 1939, emulaba el servicio militar masculino y era obligatorio para la mayoría de las mujeres. La SF tenía el control total de este servicio, tanto para sus afiliadas como para las no afiliadas. Las afiliadas recibían formación específica y de carácter más "profesional", mientras que las no afiliadas recibían la "formación" a través del propio Servicio Social. Las mujeres cumplían el Servicio Social realizando diversas labores en el Auxilio Social, hospitales, escuelas, orfanatos, comedores infantiles o bibliotecas. Llegó a ser cumplido por hasta el 90% de las mujeres obligadas.
La SF acumuló un considerable patrimonio inmobiliario a lo largo de la dictadura, incluyendo la concesión del histórico Castillo de la Mota en Medina del Campo (Valladolid) como su sede central, inaugurado en 1942 tras años de obras. Este castillo se convirtió en su edificio más emblemático, símbolo de su poder y visibilidad.

En 1973, en los últimos años del franquismo, la Sección Femenina todavía contaba con una cifra considerable de militantes, alrededor de 279.697.
Pilar Primo de Rivera: La Líder Inquebrantable
María del Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (1907-1991) fue la figura central e inamovible de la Sección Femenina. Hija de Miguel Primo de Rivera, el dictador de 1923 a 1930, y hermana de José Antonio, el fundador de la Falange, Pilar creció en un ambiente familiar profundamente conservador, autoritario y religioso. La temprana muerte de su madre y las frecuentes ausencias de su padre militar marcaron su infancia.
Desde el momento en que su hermano José Antonio fundó la Falange, Pilar mostró interés, aunque inicialmente él se resistió a su ingreso. Finalmente, se unió y fue la encargada de organizar la rama femenina desde su nacimiento. Su dedicación a la Falange y, posteriormente, a la memoria de su hermano José Antonio, fue total. Nunca se casó, dedicando su vida a la organización que dirigió.
Durante la Guerra Civil, Pilar Primo de Rivera demostró su capacidad organizativa y liderazgo, logrando que la Sección Femenina creciera exponencialmente y absorbiera otras organizaciones como el Auxilio Social. Aunque inicialmente se opuso al Decreto de Unificación que creó FET y de las JONS, tras el arresto de Manuel Hedilla y otros opositores, aceptó la nueva realidad y fue confirmada por Franco como Delegada Nacional de la Sección Femenina, cargo que ostentaría hasta 1977.
A pesar de formar parte del grupo de los "camisas viejas" que, en teoría, defendían los principios originales de José Antonio, Pilar Primo de Rivera nunca cuestionó la autoridad de Franco ni la deriva conservadora del régimen, muy alejada del ideario falangista original. Mantuvo una estrecha relación con la Alemania nazi, realizando varios viajes y reuniéndose con figuras como Hitler y Goebbels. Fue una firme partidaria del Eje y llegó a criticar la retirada de la División Azul del frente ruso.
Durante la dictadura, su poder e influencia fueron significativos, aunque disminuyeron en los últimos años. En 1960, Franco le concedió el título de I condesa del Castillo de la Mota, un reconocimiento a sus largos años de servicio. En el ocaso del franquismo, su papel era más marginal. Tras la muerte del dictador, en la votación de la Ley para la Reforma Política en 1976, a diferencia de otros falangistas históricos, Pilar se abstuvo en lugar de votar en contra.
Declive y Desaparición
Tras la muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975 y el inicio de la Transición democrática, la Sección Femenina, inmersa en una notable decadencia, encaró su etapa final. El 1 de abril de 1977, el gobierno de Adolfo Suárez, mediante el Real Decreto Ley 23/1977, suprimió oficialmente la Sección Femenina. Poco después, el 4 de julio de 1977, se acordó la transferencia de algunos de sus servicios y funciones a la recién creada Subsecretaría de Familia, Juventud y Deporte.
La disolución de la organización matriz no significó la desaparición inmediata de todas sus dependencias. Algunas ramas, como "Coros y Danzas de España", las Instructoras de Juventudes o los Círculos "Medina", continuaron existiendo de forma independiente durante un tiempo.
El proceso de disolución tuvo consecuencias para el personal de la Sección Femenina. Alrededor de 24.000 mujeres vinculadas a la organización fueron recolocadas en puestos de trabajo en las bibliotecas públicas del Estado. Esta medida, que en muchos casos se realizó sin la formación o cualificación adecuada, generó numerosas protestas y controversia entre los funcionarios de carrera del cuerpo de bibliotecarios.
Pilar Primo de Rivera fue cesada como Delegada Nacional en la primavera de 1977, recibiendo una notificación del gobierno con un simple "Gracias, Pilar". Aunque la organización desapareció, las antiguas militantes constituyeron en noviembre de 1977 la asociación "Nueva Andadura", de la cual Pilar fue nombrada presidenta de honor, un cargo que mantuvo hasta su fallecimiento en 1991.
La Sección Femenina dejó una huella profunda en la historia de España, no solo por su papel político y asistencial, sino también por su intento de definir y controlar la vida de las mujeres bajo los principios del régimen franquista, promoviendo un ideal de feminidad sumisa y dedicada al hogar y la familia.
Preguntas Frecuentes sobre la Sección Femenina
- ¿Cuánto tiempo estuvo activa la Sección Femenina?
- La Sección Femenina estuvo activa durante aproximadamente 43 años, desde su fundación oficial el 12 de julio de 1934 hasta su supresión por decreto el 1 de abril de 1977.
- ¿Quién fue la fundadora de la Sección Femenina?
- La fundadora y única dirigente de la Sección Femenina durante toda su existencia fue María del Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermana de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange.
- ¿Cómo se llamaba el servicio obligatorio para mujeres que controlaba la SF?
- El servicio obligatorio para mujeres controlado por la Sección Femenina se llamaba Servicio Social de la Mujer.
- ¿Cuál era el propósito principal de la Sección Femenina?
- Su propósito principal era encuadrar a las mujeres dentro de la estructura del partido y del régimen, proporcionando asistencia social durante la guerra y, posteriormente, controlando su formación y actividades para moldearlas según los ideales del franquismo: ser buenas patriotas, cristianas y esposas.
- ¿Por qué se disolvió la Sección Femenina?
- La Sección Femenina fue disuelta como parte del proceso de desmantelamiento de las instituciones del régimen franquista tras la muerte de Francisco Franco y el inicio de la Transición democrática en España.
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