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¿Quién fue el enigmático Doctor del Amor?

04/07/2024

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En la historia de la medicina y la cultura, pocos apodos resultan tan sugerentes como el de "Doctor del Amor". Aunque hoy en día la idea de un médico especializado en curar los males del corazón herido suena a romance o ficción, en el siglo XVIII existió un facultativo francés que se ganó este singular sobrenombre. Su nombre era François Boissier de Sauvages, y su fascinación por un trastorno conocido como la "enfermedad del amor" lo llevó a dedicarle su tesis doctoral y a explorarla desde una perspectiva tanto médica como botánica.

La pregunta sobre quién fue exactamente este personaje y por qué se le recuerda así nos transporta a una época donde la ciencia y la poesía a menudo se entrelazaban, y donde las pasiones humanas eran vistas no solo como asuntos del alma, sino también del cuerpo físico. Acompáñenos a desentrañar la historia de François Boissier de Sauvages, el médico que intentó poner nombre y remedio a uno de los sentimientos más poderosos y a veces dolorosos de la experiencia humana.

¿Cómo se llama el doctor del amor?
De ese profundo interés que el cautivante y enigmático trastorno generó en el médico francés, surgió la motivación para su tesis de grado sobre el mal de amor, lo que le valió el sobrenombre de Doctor del amor [2]. François Boissier defendió su tesis sobre el mal de amor en 1724.

François Boissier de Sauvages: Un Médico con Pasión por la Botánica

Nacido en la comuna francesa de Alès en el siglo XVIII, François Boissier de Sauvages fue mucho más que un simple médico. Estudió Medicina en la prestigiosa Universidad de Montpellier, obteniendo su doctorado en 1726. Pero su interés no se limitaba únicamente al cuerpo humano; poseía una notable inclinación por la botánica, una disciplina que en aquel entonces estaba estrechamente ligada a la medicina debido al uso de plantas con fines terapéuticos.

Boissier de Sauvages es recordado en los anales de la historia médica por sus esfuerzos pioneros en la clasificación de las enfermedades, buscando ordenar y comprender las diversas afecciones que aquejaban al ser humano. Este enfoque sistemático lo conectó con las mentes más brillantes de su tiempo. Fue un colaborador cercano y amigo del célebre naturalista sueco Carlos Linneo, considerado el padre de la taxonomía moderna, quien también buscaba clasificar y ordenar el mundo natural. La relación entre ambos científicos subraya el espíritu enciclopédico de la época, donde las fronteras entre distintas ramas del conocimiento no estaban tan marcadas como hoy.

Su reputación como clínico y estudioso lo llevó a ser miembro de la prestigiosa Royal Society, un reconocimiento significativo a sus contribuciones al conocimiento. Sin embargo, de todas sus investigaciones y clasificaciones, fue un trastorno particular, envuelto en misterio y drama, el que capturó especialmente su atención científica: la 'enfermedad del amor'.

La Misteriosa 'Enfermedad del Amor' en el Siglo XVIII

La 'enfermedad del amor' no era un concepto nuevo en la época de Boissier de Sauvages. Se trataba de un mal que se superponía a menudo con otra afección conocida como clorosis o anemia de la pubertad, predominantemente diagnosticada en mujeres jóvenes. Boissier, profundizando en el tema, llegó a denominarla 'clorosis por amor', sugiriendo una causa emocional específica para el padecimiento.

Este trastorno era descrito como una febrícula amatoria originada por el amor contrariado o no correspondido. Sus manifestaciones eran variadas y afectaban tanto el cuerpo como la mente. Entre los síntomas físicos destacaban la inapetencia, náuseas, vómitos, un pulso débil y una palidez marcada en el rostro y la orina. Con el tiempo, en los casos más severos, la piel podía adquirir un color facial verdoso, lo que llevó a que en Inglaterra se le conociera popularmente como green sickness (el mal verde).

Pero quizás los síntomas más dramáticos eran los cardiovasculares. Las palpitaciones eran una constante y podían ser tan violentas que se decía que desencadenaban una locura cordis, una especie de locura o desasosiego del corazón. Las descripciones de la época hablaban de víctimas que llevaban instintivamente la mano al pecho, como si intentaran impedir que su corazón, desbocado y anárquico, se escapara de su cuerpo. Estas manifestaciones, que combinaban lo físico con lo psíquico de una manera que hoy podríamos vincular al estrés o la somatización, hicieron de la 'enfermedad del amor' un enigma médico y social.

La Tesis del Doctor del Amor: ¿Se Cura el Amor con Plantas?

Fue este profundo interés y la necesidad de comprender y tratar la 'enfermedad del amor' lo que motivó a François Boissier de Sauvages a dedicarle su tesis de grado. Defendida en 1724, dos años antes de obtener su doctorado completo, su disertación se tituló Dissertatio medica atque ludicra de amore…, traducida a veces como "Disertación médica y festiva sobre el amor" con el añadido de "si el amor puede curarse con yerbas".

¿Cómo se llama el doctor del amor?
De ese profundo interés que el cautivante y enigmático trastorno generó en el médico francés, surgió la motivación para su tesis de grado sobre el mal de amor, lo que le valió el sobrenombre de Doctor del amor [2]. François Boissier defendió su tesis sobre el mal de amor en 1724.

En su manuscrito, Boissier de Sauvages combinó referencias a autores antiguos con una perspectiva médica de su tiempo. Lo más notable fue su propuesta terapéutica: abordar la enfermedad con remedios extraídos del reino vegetal. Esta aproximación reflejaba su pasión por la botánica y la creencia en el poder curativo de las plantas, una práctica común en la medicina pre-moderna.

Sus argumentos se oponían a las teorías que consideraban la 'enfermedad del amor' como incurable. Boissier la clasificó formalmente dentro de sus trabajos de nosología (clasificación de enfermedades) como un tipo de delirio, incluyéndola así dentro de los desórdenes mentales de su época. Esta clasificación era significativa, ya que la ubicaba en el ámbito de la psique, aunque con claras manifestaciones físicas.

El debate sobre la naturaleza del amor y si podía ser considerado una neurosis era intenso en el siglo XVIII. Algunos contemporáneos de Boissier compartían la idea de que un exceso de amor, emoción o actividad sexual podía, de hecho, provocar enfermedad física. El epicentro y el tratamiento de este supuesto trastorno eran un verdadero enigma. La idea del amor como patología no se limitaba a los círculos médicos; permeaba la literatura y otras esferas sociales, donde muchas obras describieron personajes afligidos por este "mal de amor", a menudo con consecuencias trágicas.

La Clorosis: Un Mal Protagonista en la Historia Médica

El tema que tanto apasionó a Boissier de Sauvages, la clorosis o 'enfermedad del amor', no era trivial para la época. Los textos médicos la describían con detalle: inapetencia, náuseas, vómitos, pulso débil, orina pálida y, crucialmente, una facies pálida que podía derivar en el mencionado color verdoso. La causa se atribuía a una "atonía de las fibras musculares del estómago y la superficie del cuerpo", surgida de las pasiones de la mente, especialmente el amor.

El pronóstico solía ser reservado, y la clorosis era considerada una afección "tediosa". El tratamiento se asemejaba al de la dispepsia y la hipocondría, aunque en algunos casos se recurría a purgas y baños fríos. La importancia médica de la clorosis perduró durante varios siglos, generando debates entre eminentes facultativos.

William Cullen, otro influyente médico del siglo XVIII, la clasificaba como una forma de melancolía. Thomas Sydenham, una figura clave de la medicina inglesa, la veía como una enfermedad histérica que afectaba no solo a adolescentes sino también a mujeres adultas "débiles" y demacradas. Incluso a finales del siglo XIX, médicos como William Osler aún describían sus síntomas: "el dolor de cabeza es común en los estados iniciales y la disnea y las palpitaciones no son del todo ausentes". Esto demuestra la persistencia del diagnóstico a lo largo del tiempo, aunque su comprensión y clasificación variaran.

El Mal de Amor en el Lienzo: Iconografía de la Clorosis

La figura de la "chica clorótica", pálida y afligida por el mal de amor, se convirtió en un símbolo enigmático y rodeado de mito. Los pintores, considerados a menudo los cronistas visuales de su tiempo, no tardaron en retratar este famoso mal, dando lugar incluso a un género dentro de la pintura.

¿Qué es Doctor Amor?
Doctor Amor, o Doctor Love (en lengua inglesa) puede referirse a: El Doctor Amor Ruibal. La Doctora de la Iglesia Teresa de Lisieux, llamada Doctor Amoris.

Grandes maestros como Jan Steen, Frans Hals, Gabriel Metsu, Vicente Palmaroli, Cornelis de Man, Francisco Pradilla, Samuel van Hoogstraten e incluso Rembrandt, tomaron la "enfermedad del amor" como inspiración. El holandés Jan Havicksz Steen, en particular, pintó cerca de veinte versiones sobre este tema, con títulos reveladores como La visita del médico, La enferma de amor, La joven enferma, entre otros.

Lo más llamativo de estas obras es un elemento recurrente y definitorio: la marcada palidez de la protagonista. Esta característica no era casual; la extrema palidez de las afectadas por clorosis era tan distintiva que en Alemania la enfermedad recibió el nombre de Milchfarbe, que significa algo así como "color de leche". Esta representación artística solidificó la imagen cultural del mal de amor.

Del Mal Verde a la Anemia: La Transformación de un Diagnóstico

Como mencionamos, en los casos más graves, las pacientes adquirían un color facial verdoso, dando origen al término inglés green sickness. Aunque esta descripción es antigua, ganó fuerza en el siglo XVI. El debate histórico sobre la superposición de términos es complejo; a la condición también se la conocía como morbus virgineus (la enfermedad de las vírgenes) o febris amatoria (fiebre amatoria).

Lo cierto es que el término green sickness se popularizó en el siglo XVI, trascendiendo el ámbito médico y apareciendo incluso en registros parroquiales como causa de muerte. Se documenta como uno de los desórdenes ginecológicos descritos en los cuadernos de casos clínicos de médicos ingleses de la época.

Sin embargo, el tema que tanto apasionó a François Boissier de Sauvages y que le valió el apodo de "Doctor del Amor", comenzó a desvanecerse de los textos médicos y las listas de enfermedades hacia finales del siglo XIX. ¿Por qué desapareció un diagnóstico que había persistido durante siglos?

Algunos historiadores sugieren que la "enfermedad del amor" estaba intrínsecamente ligada a las concepciones de la época victoriana sobre las mujeres, sus cuerpos y su rol social. A medida que estas ideas victorianas evolucionaron y desaparecieron, también lo hizo el diagnóstico de clorosis. Para finales del siglo XIX, la clorosis fue "reinventada" bajo una nueva luz científica, apoyada por avances tecnológicos en el estudio de la sangre.

Su nombre fue eclipsado por el de la anemia hipocrómica, una condición caracterizada por glóbulos rojos pálidos y a menudo causada por la deficiencia de hierro. Lo que antes se veía como un mal de origen emocional o nervioso, con síntomas vagos y dramáticos, pasó a ser comprendido como un trastorno hematológico con una causa nutricional clara. Para otros, el "mal de amor" como tal nunca existió realmente, siendo más una invención literaria o un cajón de sastre para síntomas inespecíficos que una entidad patológica definida.

El Legado del Doctor del Amor

Sea considerado un mito, una leyenda médica o una curiosidad histórica, el "mal de amor" y la clorosis asociada ocupan un lugar particular en la historia de la medicina, la literatura y el arte. Y, de una u otra forma, esta fascinación por el amor como causa de enfermedad encumbró a François Boissier de Sauvages, el médico botánico del siglo XVIII, con el singular y perdurable apodo de Médico del amor. Su intento de clasificar, comprender y curar un mal tan elusivo como las dolencias del corazón sigue siendo un recordatorio de cómo la medicina ha evolucionado en su percepción de la compleja interacción entre la mente, el cuerpo y las emociones humanas.

Preguntas Frecuentes sobre el Doctor del Amor y la Enfermedad del Amor

¿Quién fue el "Doctor del Amor"?
Fue el médico francés François Boissier de Sauvages, un facultativo y botánico del siglo XVIII que estudió y escribió extensamente sobre un trastorno conocido como la "enfermedad del amor" o clorosis.
¿Por qué se le llamó "Doctor del Amor"?
Recibió este apodo debido a su profundo interés científico en la "enfermedad del amor" y por dedicar su tesis de grado a este tema, proponiendo incluso tratamientos para ella.
¿Qué era la "enfermedad del amor" según la época?
Era un trastorno, a menudo superpuesto con la clorosis o anemia de la pubertad, que se creía originado por el amor contrariado. Presentaba síntomas físicos y psíquicos.
¿Cuáles eran los síntomas de la "enfermedad del amor"?
Incluían inapetencia, náuseas, vómitos, pulso débil, palidez (a veces verdosa), palpitaciones intensas y manifestaciones que hoy podríamos asociar al desasosiego o la ansiedad.
¿Cómo intentó tratarla Boissier de Sauvages?
En su tesis, propuso tratar la "enfermedad del amor" con remedios extraídos de plantas, reflejando su conocimiento y pasión por la botánica.
¿La "enfermedad del amor" sigue siendo un diagnóstico médico hoy en día?
No. El diagnóstico de "enfermedad del amor" o clorosis desapareció de los textos médicos. Sus síntomas se reinterpretarían bajo la luz de la ciencia moderna, y la condición asociada, la clorosis, fue eventualmente comprendida como anemia hipocrómica, a menudo causada por deficiencia de hierro.
¿Fue la "enfermedad del amor" solo una invención?
Hay debate histórico. Para algunos, nunca existió como una entidad patológica clara, siendo más una mezcla de síntomas inespecíficos y una construcción cultural de la época. Para otros, reflejaba condiciones reales como la anemia, vista a través del prisma cultural y médico del momento.
¿Cómo se representó la "enfermedad del amor" en el arte?
Fue un tema recurrente en la pintura, especialmente en el siglo XVII. Artistas como Jan Steen o Frans Hals retrataron a mujeres con la característica palidez asociada a la clorosis, a menudo en escenas médicas.

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