02/07/2023
El 6 de julio de 2020, una noticia sacudió al mundo del cine y la música: el incomparable Ennio Morricone, el Maestro, había fallecido en Roma. Su partida dejó un vacío inmenso, pero también un legado musical colosal que abarca más de cincuenta años y supera las 500 partituras para cine y televisión. Morricone no solo compuso música; redefinió el sonido del cine, especialmente en el género del western, y demostró una versatilidad asombrosa a lo largo de su prolífica carrera. Honramos la increíble contribución de este genio que conquistó corazones y dejó una marca imborrable en la historia.

De alguna manera, muchos asumieron que Ennio Morricone sería eterno. Pero a sus 91 años, tras complicaciones por una caída, el Maestro nos dejó, no sin antes escribir su propio obituario con una humildad profunda. Aunque no todos los compositores viven tanto, Morricone demostró una energía vital que parecía inagotable. Su obra es un testimonio de esa energía y de una dedicación sin igual a su arte.
¿Por qué Ennio Morricone es tan bueno?
Nunca ha habido un compositor tan prolífico en el cine como Ennio Morricone. Hasta su fallecimiento, es posible que fuera el compositor vivo más prolífico en cualquier género. La asombrosa cantidad de su producción podría, erróneamente, restar valor a su calidad. Sin embargo, Morricone no solo produjo en cantidad, sino que también innovó constantemente.
Fue pionero de un nuevo estilo musical para los westerns spaghetti italianos, empleando instrumentos inusuales que se volvieron icónicos, como la nueva guitarra surf y la melancólica armónica. Su música para westerns, en particular para la “Trilogía del Dólar” de Sergio Leone y “Hasta que llegó su hora” (Once Upon a Time in the West), le granjeó un merecido reconocimiento al principio de su carrera. Pero definir a Morricone simplemente como un compositor de westerns sería una tergiversación. De sus 500 créditos, no más de 20 pertenecen a este género. El desafío para cualquiera que intente comprender a Ennio Morricone es aceptar que es imposible hacerle plena justicia.
En el panteón de compositores de cine que comenzaron sus carreras alrededor de 1960, Ennio Morricone siempre irradiará desde el centro. Solo Jerry Goldsmith podría compararse con la música increíblemente versátil, psicológicamente incisiva y poderosa de Morricone para thrillers. Solo John Williams podría competir con el dominio magistral de Morricone sobre la orquesta clásica y el coro para crear temas memorables de elegancia sublime. Solo Georges Delerue podría rivalizar con el don de Morricone para escribir hermosas melodías que desde su primera nota persiguen al oyente. Para los italianos, el Maestro, como lo llamaban, no tenía igual. Al principio de su carrera, Morricone fue la contraparte del mayor Nino Rota. Solo Riz Ortolani se acercó a la seducción de las melodías de Morricone para el cine erótico italiano. Ennio Morricone lo logró todo en una sola partitura de manera consistente a lo largo de sus setenta años de trayectoria en el cine.
Una Versatilidad sin Límites: Más Allá del Western
El Maestro tenía una capacidad única para reinventarse constantemente y sorprender. A menudo reconocía su deuda con su formación clásica, especialmente con maestros como Goffredo Petrassi, un excelente compositor de conciertos y su profesor de composición. Morricone fue un poliestilista que siempre honró las necesidades de la imagen global de la película. Sin embargo, su música consistentemente se sostiene por sí sola cuando se experimenta separada del film, una marca de un gran compositor.
Morricone abrazó y adaptó de manera original el concierto clásico, el concerto grosso barroco, la sinfonía romántica y la música de cámara del siglo XX. Aportó una nueva riqueza al rock y al beat. Experimentó con el jazz y la música electrónica, e incluso mejoró el pop. Su habilidad para fusionar géneros y técnicas le permitió crear paisajes sonoros completamente nuevos y adecuados para cada historia que musicalizaba.
Obras Notables: Un Vistazo a su Vastísimo Catálogo
Muchas de las obras de Morricone aún esperan ser redescubiertas. Es injustamente ignorado que Morricone fue también un fértil compositor de música de concierto. Su cantata “Voci dal silenzio” (2007) explora sutiles armonías corales y contiene efectos colorísticos impresionantes. La “Misa para el Papa Francisco” (2015) sigue la liturgia del ordinario de la Misa Católica Romana, pero involucra sorprendentes disonancias y complejos cantos antifonales. Además, Morricone escribió más de 60 obras de concierto, incluyendo conciertos para piano, piezas sinfónicas, música coral y una ópera.
De 1964 a 1980, Morricone formó parte del Gruppo di Improvvisazione Nuova Consonanza, o “El Grupo”. Este colectivo grabó improvisaciones, experimentando con técnicas vanguardistas contemporáneas, como el serialismo, la música concreta y el free jazz. Para experimentar a Morricone tocando su instrumento preferido, se pueden escuchar sus sonidos de trompeta poco ortodoxos en los álbumes de El Grupo. “Omaggio a Giacinto Scelsi”, una de sus composiciones más llamativas, utiliza una manipulación microtonal de una sola nota con efectos sonoros asombrosos en honor al pionero de la técnica.
La Magia en la Gran Pantalla: Partituras Inolvidables
La música más apreciada del Maestro pertenece al cine. El famoso montaje de proyección de películas en “Cinema Paradiso” (1988) se sentiría vacío sin el tema inefablemente conmovedor de Morricone. Las miradas impávidas de Clint Eastwood en “Por un puñado de dólares” (A Fistful of Dollars, 1964) perderían su filo sin la combinación de guitarra surf, trompetas mariachi, gruñidos sin palabras y silbidos. Sería difícil sentir simpatía por Jeremy Irons en “Lolita” (1997) si no fuera por la flauta melancólica y las armonías de cuerda que hablan de su amor condenado. También es Jeremy Irons como el Padre Gabriel en “La Misión” (The Mission, 1986), a través de cuyo oboe Morricone expresa que incluso en la tragedia la vida en la tierra puede ser como en el cielo. El compositor también gustaba de escribir partes vocales sin palabras para Edda Dell’Orso. Su etérea voz encarnó “El Éxtasis del Oro” en el épico final de “El bueno, el feo y el malo” (The Good, the Bad, and the Ugly, 1966).
Morricone capturó nuevamente el éxtasis, esta vez de un encuentro extraterrestre, en “Misión a Marte” (Mission to Mars, 2000), combinando brillantemente música electrónica con un gran coro. La muerte de Sean Connery en “Los Intocables de Eliot Ness” (The Untouchables, 1987) no podría ser más triste sin el saxofón elegíaco despidiendo al héroe. Estas son solo algunas pinceladas de un repertorio que parece inagotable, cada pieza perfectamente adaptada a la emoción y la atmósfera de la película.
El Maestro del Drama y la Tensión
Aunque Morricone es más conocido por sus melodías melancólicas, sería un descuido no enfatizar su soberbia habilidad para expresar el drama. Indudablemente, la producción del Maestro contiene algo de la música más inquietante que jamás se pueda escuchar. Escuchar la banda sonora de “La Cosa” (The Thing, 1982) no es para oídos sensibles. Morricone creó una obra maestra de electrónica escalofriante, una encarnación sonora del paisaje helado. Para representar musicalmente al nefasto alienígena, el Maestro recurrió al arte de la fuga. Años después, Quentin Tarantino reutilizó la pieza de Morricone “Bestiality”. De una manera extraña y no del todo coherente, Tarantino empleó en sus películas varias obras preexistentes de Morricone. Si nada más, el director inconformista merece crédito por introducir al Maestro a nuevas audiencias.
La emocionante música de Morricone para películas de crimen italianas y francesas ha fascinado a muchos durante años. Los implacables ritmos percusivos del piano con guitarras eléctricas chirriantes persiguiendo a Charles Bronson en “Ciudad Violenta” (Città violenta, 1970) presentaron una sonoridad audaz y nueva para el cine. En “El Profesional” (Le Professionnel, 1981), Morricone trató al agente secreto de Jean-Paul Belmondo con un estudio absorbente de tema y variaciones, dando lugar a la mundialmente famosa melodía “Chi Mai”. Recientemente, se pudo apreciar su trabajo en “El juego de Ripley” (Ripley’s Game, 2002). La música de Morricone inmediatamente transporta al mundo de intriga de John Malkovich. El Maestro logró mezclar los sonidos del bajo con el clavecín de manera magistral. La pieza final de 14 minutos en el álbum, titulada “Collage per Ripley”, presenta una colección seductora de motivos perfectamente integrados de la película, con audaces combinaciones instrumentales y un tapiz de timbres misteriosos. En la película, los solos de clavecín oscilan hábilmente entre el sonido diegético y no diegético. Separada del film, la música se filtra bajo la piel. Sin embargo, su profundidad no se rinde a una sola escucha. La escucha repetida ayuda a desvelar las capas del collage. ¿No es la multiplicidad una marca del arte que resiste el paso del tiempo?
Reconocimiento y Legado
Tras establecerse en los principales géneros, Morricone rechazó la complacencia. La música era una pasión y un arte, pero también un oficio y una disciplina; el Maestro siempre trabajaba duro, explorando nuevas direcciones. En 1997, escribió una sinfonía de una hora para una adaptación redescubierta de la película muda de Shakespeare “Ricardo III” (1912). Por contraste, el compositor logró humanizar a Arnold Schwarzenegger en “Red Sonja” (1985), un logro muscular. La música de Morricone para “Días del Cielo” (Days of Heaven, 1978) presenta parte de su legado más entrañable. Enriqueció la impresionante cinematografía de Terrence Malick con un lirismo pastoral simple y hermoso. La partitura se une a la cámara para pintar paisajes bucólicos y conspira para encender una conflagración ruinosa. Morricone demostró una vez más ser un narrador musical por excelencia con una partitura que también disfruta de una vida independiente.
Aunque recibió una nominación al Premio de la Academia por “La Misión”, Morricone perdió ante “Round Midnight” de Herbie Hancock, que contenía solo 20 minutos de música original. Su colega nominado James Horner quedó tan impresionado con la partitura de Morricone que votó por ella en lugar de por su propia música para “Aliens”. Siguieron otras nominaciones, pero al igual que Jerry Goldsmith, los Oscar no parecían favorecer a Morricone, como si implicaran la irrelevancia, o la irreverencia, de la categoría de Mejor Banda Sonora Original. Morricone obtuvo éxito popular y aclamación de la crítica por su trabajo en películas estadounidenses, pero nunca abrazó realmente Hollywood. Su decisión de permanecer en Italia y no mudarse a América le permitió seguir componiendo con una perspectiva más europea.
En retrospectiva, la Academia corrigió su omisión cuando otorgó a Morricone el Premio Honorífico por su trayectoria en la composición cinematográfica. Increíblemente, la ceremonia de los Premios de la Academia de 2007 marcó el primer viaje de Morricone a Hollywood. En su discurso de aceptación, interpretado por Clint Eastwood, Morricone agradeció a la Academia con su característica modestia y sinceridad. El compositor estuvo acompañado por su amada esposa Maria Travia, quien se emocionó hasta las lágrimas cuando él le expresó su más profundo agradecimiento. A los 78 años, Morricone sabía y prometió a la audiencia que seguiría componiendo, y con una renovada determinación. Cumplió la promesa con su distintiva prolificidad, componiendo varias partituras cada año.
Finalmente, en 2016, a los 87 años, Ennio Morricone recibió el Premio de la Academia a la Mejor Banda Sonora Original. Después de años de admiración, Quentin Tarantino invitó al Maestro a escribir música para su película “Los Odiosos Ocho” (The Hateful Eight, 2015), una reinvención idiosincrásica del género western. Morricone proporcionó una partitura oscura, intensamente suspensiva, dominada por las cuerdas, que le valió su primer Oscar competitivo. Este premio fue un reconocimiento tardío pero merecido a una carrera sin parangón.
Tabla de Partituras Destacadas (Según el Texto)
Aunque es imposible reducir su genio a una lista, aquí presentamos algunas partituras mencionadas en el texto y las características musicales destacadas:
Película | Año | Características Musicales Destacadas (Según el Texto) |
---|---|---|
Por un puñado de dólares | 1964 | Guitarra surf, trompetas mariachi, gruñidos, silbidos. |
El bueno, el feo y el malo | 1966 | Tema “El Éxtasis del Oro”, voz etérea de Edda Dell’Orso. |
Hasta que llegó su hora | 1968 | Melancólica armónica (implícito por ser western icónico). |
Ciudad Violenta | 1970 | Ritmos percusivos de piano, guitarras eléctricas chirriantes. |
Días del Cielo | 1978 | Lirismo pastoral simple y hermoso. |
El Profesional | 1981 | Tema y variaciones (“Chi Mai”), estudio absorbente. |
La Cosa | 1982 | Electrónica escalofriante, fugas, inquietante. |
La Misión | 1986 | Oboe expresivo (“El Oboe de Gabriel”), armonías de cuerda conmovedoras. |
Los Intocables de Eliot Ness | 1987 | Saxofón elegíaco. |
Cinema Paradiso | 1988 | Tema inefablemente conmovedor. |
Misión a Marte | 2000 | Combinación de electrónica y coro, éxtasis extraterrestre. |
El juego de Ripley | 2002 | Mezcla de bajo y clavecín, timbres misteriosos, collage de motivos. |
Los Odiosos Ocho | 2015 | Oscura, intensamente suspensiva, dominada por las cuerdas. |
Esta tabla solo rasca la superficie de su vasta producción, pero ilustra la diversidad de su genio musical.
El Legado Imperecedero de un Maestro
Morricone será echado mucho de menos. El préstamo y reciclaje prevalecen en el cine actual, mientras que la experimentación tiende a ser desalentada por miedo a la pérdida financiera. A menudo se permite que la mediocridad sea el denominador común para las artes. Algunas de las películas recientes más originales no tienen banda sonora alguna. Los temas melódicos parecen haber pasado de moda. Las emociones se imponen a las audiencias mediante superpoderes y efectos visuales, en lugar de ser suscitadas por un toque humano sutil que la música puede proporcionar.
Morricone nunca intentó forzar el sentimiento; en cambio, poseía el raro poder de generar nuestra emoción, evocar nuestro terror y conmovernos hasta las lágrimas, a menudo sin que nos diéramos cuenta de que la música es el corazón emocional de la película. Su música es siempre honesta. Muestra una sensibilidad cultivada, una pasión por la narración, un dominio del oficio, una innovación audaz con economía de medios y una profunda comprensión de la naturaleza humana.
El fallecimiento de Ennio Morricone marca el final de una era en la música y en el cine. El tiempo revelará si el enfoque moderno de composición para cine impulsado por computadora merece un lugar en la historia. Es improbable que Ennio Morricone sea eclipsado alguna vez por otro compositor, o por una computadora. Consideremos también la magnitud de la larga lista de directores con los que Morricone colaboró: Bernardo Bertolucci, Franco Zeffirelli, Giuseppe Tornatore, Roland Joffé, Sergio Corbucci (Italia); Roman Polanski, Henri Verneuil (Francia); Don Siegel, Mike Nichols, Brian De Palma, Barry Levinson, Oliver Stone, Warren Beatty y John Carpenter (USA). Ningún compositor desde Georg Philipp Telemann (más de 3000 composiciones) y Johann Sebastian Bach fue tan exitosamente prolífico como Morricone. Coleccionar sus álbumes se convierte en un trabajo a tiempo completo para los aficionados a las bandas sonoras. Algunos reportan más de 800 títulos en su biblioteca. La lista se expande con varias discográficas especializadas en la restauración y publicación de la música de Morricone.
Más Allá del “Compositor de Cine”
Nuestro Maestro es más que un compositor de cine. Una división infundada parece separar los mundos de la música de concierto y la música para medios. Cuando la música se escribe para una imagen, la imagen de alguna manera subyuga la música, por lo tanto, la música es artísticamente inferior a la llamada música absoluta o clásica. Esto se cumple la mayoría de las veces. Sin embargo, Morricone cierra esa brecha. Aunque pasó la mayor parte de su carrera componiendo para cine, llamarlo simplemente un compositor de cine no le hace justicia. La música de Morricone sirve a la imagen en movimiento, pero también la trasciende. Los compositores de cine consideran un éxito lograr esta trascendencia con un tema o dos en una sola partitura. En contraste, muchas partituras de Morricone son aptas para una interpretación de concierto en su totalidad. Son estéticamente y artísticamente completas sin la película.
Durante años, se ha investigado la música de compositores como Mozart. Si bien en general no se compararía a nadie con Mozart, se puede afirmar que Morricone era capaz de escribir melodías hermosas de un encanto irresistible y una naturalidad sin esfuerzo, al igual que Mozart. Se anima a los escépticos a buscar el video en el que Morricone discute cómo escribe una melodía antes de escuchar, por ejemplo, la curiosamente titulada colección “When in Doubt Turn to Ennio Morricone”. Se recomienda encarecidamente tener a mano una caja de pañuelos, incluso para los estoicos como Clint Eastwood, para acompañar el compendio de temas de casi seis horas. Ni una sola melodía se repite o se parece a cualquiera de las otras 99. Además, las 100 representan solo una fracción del total de melodías de Morricone.
Ennio Morricone utilizó el silencio como un sonido musical, una herramienta poderosa para crear atmósfera y tensión, demostrando su profunda comprensión del medio cinematográfico y la capacidad expresiva del sonido (y la ausencia de él).
Preguntas Frecuentes sobre Ennio Morricone
¿Cuántas bandas sonoras compuso Ennio Morricone?
Según la información proporcionada, Ennio Morricone compuso cerca de 500 partituras para cine y televisión a lo largo de su carrera.
¿Cuándo falleció Ennio Morricone?
Ennio Morricone falleció el 6 de julio de 2020.
¿Ganó Ennio Morricone un Premio de la Academia (Oscar)?
Sí, Ennio Morricone ganó dos Premios de la Academia. Recibió un Premio Honorífico por su trayectoria en 2007 y ganó el Oscar a la Mejor Banda Sonora Original en 2016 por “Los Odiosos Ocho”.
¿Por qué es tan famoso Ennio Morricone?
Morricone es famoso por su increíble prolificidad, su innovación en el género del western spaghetti, su vasta versatilidad a través de múltiples géneros cinematográficos y su capacidad para componer melodías inolvidables y emocionalmente resonantes que a menudo trascienden la película para la que fueron creadas.
¿Cuáles son algunas de sus obras más conocidas?
Algunas de sus partituras más conocidas incluyen las de “El bueno, el feo y el malo”, “Hasta que llegó su hora”, “La Misión”, “Cinema Paradiso” y “Los Intocables de Eliot Ness”, entre muchísimas otras.
En Conclusión
La pregunta sobre cuál es la mejor partitura de Ennio Morricone es, en última instancia, una cuestión personal y un testimonio de la inmensa calidad y diversidad de su obra. No hay una única respuesta definitiva. Su legado es un vasto océano de música que continúa inspirando y emocionando. Desde la arena polvorienta del spaghetti western hasta los dramas más íntimos y los thrillers más escalofriantes, Morricone demostró ser un maestro sin igual. Su capacidad para evocar emociones profundas con una sola nota o una combinación instrumental inesperada es lo que lo distingue. Ennio Morricone no solo musicalizó películas; creó obras de arte sonoras que vivirán para siempre, asegurando que su música, al igual que su espíritu, perdure.
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