22/10/2023
La fibromialgia es una afección crónica que se caracteriza principalmente por causar dolor generalizado en todo el cuerpo, acompañado a menudo de fatiga, problemas de sueño y dificultades cognitivas. Es una de las enfermedades más comunes que afectan a los músculos, tendones y articulaciones, manifestándose con dolor, rigidez y sensibilidad en estas áreas.

A pesar de su prevalencia, la fibromialgia ha sido históricamente incomprendida, tanto por la comunidad médica como por el público en general. No se trata de una enfermedad inflamatoria, lo que significa que, a pesar del intenso dolor que experimentan los pacientes, no provoca daño tisular ni deformidad en las articulaciones. El dolor suele localizarse en áreas como el cuello, glúteos, hombros, brazos, espalda y pecho, y se intensifica en los llamados "puntos sensibles".
Se estima que la fibromialgia afecta a millones de personas en todo el mundo, siendo uno de los trastornos de dolor crónico generalizado más frecuentes. Es particularmente común, de hecho, el segundo trastorno más observado por los reumatólogos después de la artrosis, y representa una parte significativa de los pacientes atendidos en la atención primaria.
¿Qué es la Fibromialgia y Quién la Padece?
Como mencionamos, la fibromialgia (FM) es un síndrome crónico que impacta significativamente la calidad de vida. Sus síntomas principales van más allá del dolor generalizado. Los pacientes suelen experimentar una profunda fatiga, problemas para dormir (como sueño no reparador o insomnio), rigidez matutina y una mayor sensibilidad al tacto en ciertas áreas del cuerpo, conocidas como puntos sensibles.
Además de estos síntomas centrales, la FM a menudo viene acompañada de una variedad de otras manifestaciones, incluyendo:
- Alteraciones del sueño y cansancio persistente.
- Problemas cognitivos, a menudo descritos como "fibro-niebla", que incluyen dificultades de concentración, memoria y procesamiento de información.
- Síntomas neurológicos como parestesias (hormigueo o entumecimiento), visión borrosa o debilidad.
- Alteraciones en las funciones intestinales, como el síndrome de intestino irritable.
- Dolores de cabeza y migrañas.
- Trastornos del estado de ánimo como ansiedad y depresión.
Es importante destacar que la fibromialgia no es una enfermedad autoinmune ni inflamatoria, aunque a menudo coexiste con ellas. El dolor y la sensibilidad se deben a una alteración en la forma en que el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor y no dolor, aumentando la sensibilidad general del cuerpo. Esta percepción aumentada del dolor, conocida como sensibilización central, es un concepto clave para entender la fisiopatología de la FM.
En cuanto a quiénes la padecen, la fibromialgia afecta predominantemente a las mujeres, siendo diagnosticadas aproximadamente 7 veces más a menudo que los hombres. Los síntomas pueden comenzar después de un evento desencadenante, como un accidente, una cirugía, una infección o un estrés emocional significativo, o pueden desarrollarse gradualmente con el tiempo sin un evento claro.
Entendiendo las Causas y la Fisiopatología
La etiología exacta de la fibromialgia sigue siendo objeto de investigación, pero los avances científicos han arrojado luz sobre los mecanismos subyacentes. Se considera que la FM es un síndrome complejo en el que interactúan múltiples factores.
La fisiopatología de la fibromialgia implica anomalías en el sistema nervioso central y autónomo. Se ha observado una disfunción en las vías descendentes que normalmente inhiben el dolor, lo que lleva a una amplificación de las señales dolorosas. Estudios han encontrado niveles reducidos de neurotransmisores clave como serotonina, norepinefrina y dopamina en el líquido cefalorraquídeo de pacientes con FM, neurotransmisores que desempeñan un papel crucial en la regulación del dolor y el estado de ánimo.
Además de las alteraciones neuroquímicas, otros factores contribuyen a la complejidad de la FM:
- Anomalías neuroendocrinas: La respuesta al estrés, mediada por el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), a menudo está alterada en pacientes con FM. Una respuesta desregulada al estrés puede contribuir a la aparición y persistencia de los síntomas.
- Factores genéticos: Existe una predisposición familiar a desarrollar fibromialgia. Los familiares de primer grado de personas con FM tienen un riesgo significativamente mayor de padecer la enfermedad.
- Factores ambientales: Traumatismos físicos (como accidentes automovilísticos, especialmente en la región del cuello), infecciones (como la enfermedad de Lyme o la hepatitis C) y el estrés crónico (laboral, familiar, historia de abuso) pueden actuar como desencadenantes o contribuir al desarrollo de la FM en individuos susceptibles.
- Trastornos del sueño: Los problemas del sueño, como el sueño no reparador y la presencia de patrones de ondas alfa durante el sueño delta (sueño profundo), son una característica central de la FM. Se cree que estas alteraciones del sueño impactan negativamente la producción de hormonas importantes para la reparación muscular (como la GH e IGF-1), lo que podría perpetuar el ciclo de dolor y fatiga.
La naturaleza multidimensional de la fibromialgia, con la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales, hace que su comprensión y abordaje sean complejos.
Factores de Riesgo Asociados a la Fibromialgia
Si bien cualquier persona puede desarrollar fibromialgia, ciertos factores aumentan la probabilidad de padecerla:
- Sexo: Como se mencionó, las mujeres son significativamente más propensas a ser diagnosticadas con FM que los hombres.
- Historia Familiar: Tener familiares de primer grado con fibromialgia aumenta el riesgo de desarrollarla, lo que sugiere un componente genético.
- Trastornos Reumáticos Preexistentes: Personas con artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico u osteoartritis tienen un mayor riesgo de desarrollar fibromialgia coexistente.
- Infecciones: Ciertas infecciones pueden desencadenar la fibromialgia en individuos predispuestos.
- Trauma Físico o Emocional: Accidentes, cirugías o eventos traumáticos pueden ser el punto de partida de los síntomas de FM.
- Estrés Crónico: La exposición prolongada a situaciones estresantes puede contribuir al desarrollo o exacerbación de la fibromialgia.
El Desafío del Diagnóstico de la Fibromialgia
El diagnóstico de la fibromialgia ha sido tradicionalmente un desafío. No existen pruebas de laboratorio o de imagen específicas que confirmen la enfermedad. El diagnóstico se basa fundamentalmente en la evaluación clínica, la historia del paciente y la exclusión de otras condiciones que puedan causar síntomas similares.
Durante muchos años, el diagnóstico se basó en los criterios del American College of Rheumatology (ACR) de 1990. Estos criterios requerían:
- Historia de dolor generalizado durante al menos tres meses.
- Dolor en ambos lados del cuerpo, tanto por encima como por debajo de la cintura.
- Dolor a la palpación en al menos 11 de los 18 puntos sensibles específicos distribuidos en el cuerpo (occipucio, cervical baja, trapecios, supraespinosos, segunda costilla, epicóndilos laterales, glúteo, trocánter mayor, rodillas). La presión aplicada debía ser de aproximadamente 4 kg, suficiente para blanquear la uña del examinador.
Aunque útiles, estos criterios tenían limitaciones. Se centraban demasiado en el dolor y los puntos sensibles, ignorando otros síntomas importantes como la fatiga, los problemas de sueño y las dificultades cognitivas, que son cruciales para la experiencia del paciente con FM. Además, el examen de los puntos sensibles podía variar entre examinadores.
Para abordar estas limitaciones, el ACR propuso nuevos criterios diagnósticos en 2010, que fueron revisados posteriormente. Estos nuevos criterios buscan ser más inclusivos y adecuados para su uso en la atención primaria. Sustituyen el conteo de puntos sensibles por dos índices principales:
- Índice de Dolor Generalizado (WPI - Widespread Pain Index): El paciente reporta en cuántas de 19 áreas específicas del cuerpo ha experimentado dolor durante la última semana. La puntuación va de 0 a 19.
- Escala de Gravedad de Síntomas (SS - Symptom Severity Scale): El paciente puntúa la gravedad de tres síntomas principales (fatiga, sueño no reparador y síntomas cognitivos) y la gravedad de síntomas somáticos generales (como dolor de cabeza, debilidad, problemas intestinales, náuseas, mareos, entumecimiento, hormigueo, pérdida de cabello) en una escala de 0 a 3 para cada uno. La puntuación total va de 0 a 12.
El diagnóstico de fibromialgia, según los criterios más recientes, se puede establecer si se cumplen ciertos umbrales de puntuación en el WPI y el SS, y si los síntomas han estado presentes durante al menos tres meses y no se explican completamente por otra condición médica. La combinación de estos índices permite una evaluación más completa de la carga de la enfermedad, incluyendo síntomas no dolorosos.
Es fundamental realizar un examen físico completo y, si es necesario, solicitar pruebas de laboratorio (como hemograma, velocidad de sedimentación, factor reumatoide, anticuerpos antinucleares, pruebas tiroideas, etc.) para descartar otras enfermedades con sintomatología similar antes de confirmar el diagnóstico de fibromialgia. Sin embargo, es importante recordar que en los casos de fibromialgia, los resultados de estas pruebas y los estudios de imagen suelen ser normales.
Abordaje Terapéutico y Manejo de la Fibromialgia
Dado que la fibromialgia es un síndrome complejo y crónico, su manejo requiere un abordaje multidisciplinario que combine terapias no farmacológicas y farmacológicas, adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente. El objetivo principal del tratamiento es aliviar los síntomas, mejorar la función y la calidad de vida.
Abordaje No Farmacológico
La educación del paciente es un pilar fundamental. Comprender la naturaleza de la fibromialgia, que no causa daño permanente pero sí dolor real y significativo, ayuda a reducir la ansiedad y el estigma. Es crucial validar la experiencia del paciente y evitar sugerir que los síntomas son "solo psicológicos", aunque la interacción mente-cuerpo es importante en la FM. Educar sobre fuentes de información fiables en internet también es útil.
Las intervenciones conductuales y cognitivo-conductuales (TCC) son altamente recomendables. La TCC ayuda a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento para manejar el dolor, la fatiga y los problemas de sueño, así como a abordar la ansiedad o la depresión coexistentes.
El ejercicio es una de las terapias no farmacológicas más respaldadas por la evidencia. Aunque inicialmente pueda parecer contradictorio, la actividad física regular y gradual (como caminar, nadar, ciclismo suave o Tai Chi) puede mejorar el dolor, la fatiga y la función. Es importante encontrar un tipo de ejercicio que sea tolerable y placentero para el paciente y progresar lentamente.
Otras estrategias no farmacológicas incluyen:
- Higiene del sueño: Establecer rutinas regulares de sueño, crear un ambiente propicio para dormir y evitar estimulantes antes de acostarse.
- Técnicas de relajación: Meditación, mindfulness o técnicas de respiración para reducir el estrés y la tensión muscular.
- Ritmo de actividad: Aprender a equilibrar la actividad y el descanso para evitar exacerbar los síntomas.
Un enfoque práctico para la gestión integral del dolor en FM, que incluye principios no farmacológicos, puede resumirse con el acrónimo EXPRESS (según algunas fuentes): Exercicio, comorbilidad Psiquiátrica (abordarla es vital), Recuperar la función (mediante ritmo de actividad, etc.), Educación, y otras intervenciones como estrategias de aSimilación de la enfermedad y manejo del eStrés.
Abordaje Farmacológico
Si bien las terapias no farmacológicas son esenciales, a menudo se requiere medicación para aliviar los síntomas. Actualmente, solo unos pocos fármacos cuentan con la aprobación formal de la FDA para el tratamiento de la fibromialgia, aunque se utilizan muchos otros "off-label".
Fármacos Aprobados por la FDA para FM:
- Duloxetina: Un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN). Ayuda a reducir el dolor y mejorar la función.
- Milnacipran: Otro IRSN aprobado para la FM. También actúa sobre el dolor y la fatiga.
- Pregabalina: Un anticonvulsivo que afecta los canales de calcio en el sistema nervioso, lo que ayuda a reducir la transmisión de señales de dolor. Mejora el dolor y el sueño.
Otros Fármacos Comúnmente Utilizados (Off-label):
- Antidepresivos Tricíclicos (como Amitriptilina): A menudo se utilizan a dosis bajas para mejorar el sueño y reducir el dolor, aunque no están formalmente aprobados para FM. La amitriptilina es uno de los pocos agentes, además de los aprobados, con respaldo de ensayos multicéntricos.
- Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): Aunque menos efectivos para el dolor que los IRSN, pueden ser útiles si hay comorbilidad con depresión o ansiedad.
- Relajantes Musculares: Pueden ayudar a aliviar los espasmos musculares y mejorar el sueño en algunos pacientes.
- Analgésicos (AINES, Acetaminofén, Opioides): Los AINES y el acetaminofén suelen tener una eficacia limitada en el dolor generalizado de la FM. Los opioides no se recomiendan generalmente para el tratamiento a largo plazo de la FM debido a la falta de evidencia de eficacia sostenida, el riesgo de dependencia y el potencial de empeorar la sensibilización al dolor.
La elección del fármaco depende de los síntomas predominantes del paciente y de la presencia de comorbilidades. A menudo se utilizan combinaciones de terapias farmacológicas y no farmacológicas para lograr el mejor control de los síntomas.
Preguntas Frecuentes sobre la Fibromialgia
¿La fibromialgia es una enfermedad real?
Sí, absolutamente. A pesar de la falta de marcadores objetivos y la variabilidad de los síntomas, la fibromialgia es reconocida por las principales organizaciones de salud y reumatología como un síndrome de dolor crónico real con una base fisiopatológica compleja.
¿La fibromialgia causa daño en las articulaciones o músculos?
No. A diferencia de la artritis u otras enfermedades reumáticas inflamatorias, la fibromialgia no provoca inflamación significativa ni daño progresivo en los tejidos, articulaciones o músculos. El dolor es el resultado de una alteración en el procesamiento del dolor por parte del sistema nervioso.
¿Es curable la fibromialgia?
Actualmente, no existe una cura definitiva para la fibromialgia. Sin embargo, con un abordaje multidisciplinario adecuado que combine medicación, terapias no farmacológicas, educación y cambios en el estilo de vida, la mayoría de los pacientes pueden lograr un control significativo de sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?
El diagnóstico es clínico y se basa en la historia detallada del paciente, el examen físico y la exclusión de otras condiciones. Se utilizan criterios diagnósticos específicos, como los más recientes del ACR que evalúan el índice de dolor generalizado (WPI) y la gravedad de otros síntomas (SS).
¿Por qué es tan difícil de diagnosticar?
Es difícil porque los síntomas son variados y pueden solaparse con los de otras enfermedades. Además, no hay una prueba de laboratorio o imagen que la confirme, lo que obliga al médico a realizar un diagnóstico de exclusión, descartando otras posibles causas del dolor y la fatiga.
Conclusiones
La fibromialgia es una patología compleja y crónica que representa un desafío diagnóstico y terapéutico. Su naturaleza multidimensional, que involucra alteraciones en el procesamiento del dolor, problemas neuroendocrinos y del sueño, fatiga y comorbilidades psiquiátricas, exige una comprensión integral.
Los avances en la investigación han mejorado nuestra comprensión de la fisiopatología de la FM, aunque su etiología exacta sigue siendo desconocida. La evolución de los criterios diagnósticos, pasando del enfoque exclusivo en los puntos sensibles a una evaluación más completa de los síntomas (WPI y SS), facilita una identificación más precisa de la enfermedad y reconoce la amplitud de su impacto en el paciente.
El manejo exitoso de la fibromialgia requiere un abordaje multidisciplinario que aborde no solo el dolor, sino también la fatiga, los problemas de sueño, las dificultades cognitivas y los aspectos emocionales. La combinación de educación, ejercicio, terapia cognitivo-conductual y, cuando sea necesario, medicación, es fundamental para mejorar la calidad de vida de quienes viven con este síndrome. Aunque no hay cura, un manejo proactivo y personalizado puede marcar una gran diferencia en el día a día de los pacientes con fibromialgia.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Fibromialgia: Qué es y cómo se abordarla puedes visitar la categoría Radio.